Adriana Lestido

Adriana Lestido

1955 Buenos Aires (Argentina)

“Fotografiar es reconocer esa imagen interna que la originó.”

Adriana Lestido es una figura sobresaliente de la fotografía argentina contemporánea. Realiza sus trabajos generalmente en blanco y negro dentro de un estilo documental, que se aproxima de forma íntima y dramática a los sujetos que fotografía.

Adriana Lestido comenzó estudiando fotografía en 1979, en la Escuela de Arte y Técnicas Audiovisuales de Avellaneda. Entre 1982 y 1995 trabajó como fotoperiodista para el diario La Voz, la Agencia Diarios y Noticias (DyN) y el diario Página 12.

La fotografía es para ella una herramienta que le permite comprender el misterio de las relaciones humanas. A partir de sus fotografías blanco y negro, las emociones básicas son las que le dan sentido a su trabajo, ya sea a través de las madres adolescentes, las mujeres presas, las relaciones de madres e hijas, o el amor desde paisajes abstractos y brumosos.

Según palabras del  crítico de arte  Rodrigo Alonso “Lestido es una practicante de la fotografía directa. Prefiere retratar a sus personajes en su entorno, en sus acciones cotidianas, en sus espacios vitales, evitando las escenografías y las poses forzadas. Su cámara está atenta a los pequeños gestos, los movimientos involuntarios, los momentos donde su presencia ha desaparecido por completo para los fotografiados.”

Trabajó principalmente en 7 proyectos diferentes. Las primeras series poseen un marcado acento social: Hospital Infanto Juvenil (1986-88) presenta una visión del mundo de los niños en un entorno hospitalario; Madres adolescentes (1988-90) refleja la soledad y el miedo de una maternidad precoz en una casa de acogida; Mujeres presas (1991-93) penetra en el espacio carcelario donde muchas mujeres son también madres. Es el resultado de convivir durante un año, una vez a la semana, con las mujeres de la cárcel número 8 de La Plata. Aquí muestra el infierno al que esas mujeres se ven sometidas: opresión, soledad, desamparo, sentimiento de vacío e inseguridad. La mayoría de esas mujeres provienen de hogares pobres y tienen hijos. Madres e hijas (1995-99) posee un carácter más íntimo, desligado ya de una mirada social, y vinculado con las emociones y las dificultades de las relaciones humanas. En esta serie siguió durante tres años a cuatro madres con sus respectivas hijas. Según la artista, este fue su trabajo más intenso y  con el que se sintió más a gusto. Con sus fotos directas y testimoniales, transmite los conflictos, la simbiosis de la maternidad, la necesidad de la madre, la necesidad de la hija, los cuerpos desnudos, la intimidad y la desolación. Sus últimas series El amor (1992-2005) y Villa Gesell (2005) parten de vivencias personales, precisando que la centralidad de su proyecto fotográfico se sitúa esencialmente en la dificultad de amar."

Las series están conectadas,  conformando un proceso de introspección: el carácter documental es solo una herramienta de aproximación y una norma de estilo, luego este tono se diluye y deja aparecer un punto de algo más, que resume la vivencia emocional de un tiempo compartido, entre fotografía y vida, o lo que es lo mismo entre arte y vida.

Fue la primera fotógrafa argentina en recibir la prestigiosa beca Guggenheim. Su trabajo es reconocido a nivel nacional e internacional, ganó importantes premios  y distinciones entre los que se destacan Gran Premio Adquisición del Salón Nacional de Artes Visuales, el Premio a la Trayectoria de la Asociación Argentina de Críticos de Arte, el Premio Leonardo, del Museo Nacional de Bellas Artes, la Beca Hasselblad de Suecia, el Premio Mother Jones de Estados Unidos y el Premio Konex de Argentina. En 2010 recibió la medalla del Bicentenario y fue nombrada Personalidad Destacada de la Cultura de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.


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