Q.D.: Con el proyecto fotográfico Isiyoonekana intento visibilizar el día a día de la mujer. Parte de mi trabajo es preparar y guiar viajes pensados para la fotografía desde ya más de 8 años visitando diferentes destinos, algunos de los cuales los podéis ver reflejados en esta exposición aunque Etiopía y Marruecos son los más representados. Esto no significa que el día a día y la invisivilidad de la mujer en casi todos los aspectos no se vea en otros destinos o, directamente, en nuestro propio país. Ya lo decía Elizabeth Cady Stanton: “Las leyes, costumbres y política. Todo está montado para recordar que la mujer está hecha para el hombre”.
FM: Sus imágenes permiten descubrir el día a día de muchas mujeres en su entorno, ¿cómo cree que los diferentes contextos afectan sus vidas?
Q.D.: El sexismo que persiste hasta nuestros días se basa en la idea equivocada de que vivimos en un mundo neutro. La mujer muchas veces no puede escoger, porque el contexto en el que vive y nace condiciona; los roles entre una mujer urbana, una suburbana y una rural son completamente diferentes. Mucho hablamos de los derechos de las personas a ser libres, a una vida digna, a la igualdad… pero el significado de estas palabras es muy distinto en todas partes, y si además eres mujer, todo se complica.
FM: ¿Definiría su trabajo como feminista?
Q.D.: Podríamos decir que sí. Este trabajo nació bajo la necesidad de explicar esta desigualdad que de manera sutil o cruda, afecta a casi todas las sociedades actuales y que, como digo en el texto de inicio de la exposición que, sin entrar en los mundos sórdidos, que están ahí, pretendo hacer más visible esta cotidianidad; que es necesario un cambio real de mentalidad del día a día y que confirma, que es cierto, que si las mujeres dejan de hacer todo lo que hacen por imposición, por tradición, por rol... el mundo se detiene.
FM.: ¿Cuál es el aspecto más difícil de su trabajo como fotógrafo alrededor del mundo?
Q.D.: Llevar en la mano una cámara, en bastantes destinos, es una base en la que se asientan dudas, perjuicios y, en ocasiones, controles y seguimiento por parte de autoridades. Ha pasado que en algunas situaciones, aunque en mi caso pocas, al levantar la cámara obtenga una reacción violenta por parte de personas que incluso no están ni en el encuadre o que les ha parecido que violentas su privacidad o porqué sus creencias van en contra a la toma de fotografías. Gestionar éstas y otras situaciones como permisos especiales o que los guías o receptivos locales entiendan qué buscamos como fotógrafos no es nada fácil.
FM.: ¿Cuál es el consejo más importante que se siente que tiene que dar a los que comienzan a compaginar la fotografía con los viajes?
Q.D.:Sobretodo reponsabilidad social y respeto, somos invitados y una fotografía no justifica pisar derechos tanto de personas como de animales o plantas.
Pero también es necesario poner atención al contratar, sobre todo hoy en día que, que al haberse puesto tan de moda, han aparecido muchas ofertas que intentan sacarse un dinero extra o viajar gratis sin tener ni idea de cómo organizar un viaje de este tipo, o cómo actuar en el caso de que aparezca algún imprevisto durante el viaje. Escoged siempre viajes organizados por fotógrafos profesionales con experiencia en este tipo de viajes, apoyados de una agencia de viajes, en grupos reducidos todo acorde con la legalidad y, ya puestos, con buenas referencias.
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