Es el fotógrafo de los paisajes abstractos, tanto naturales como urbanos.
Comenzó a fotografiar a nivel amateur en 1961. Desde el principio se dedicó a una investigación estética centrada en la expresión abstracta del color.
La elección de los sujetos, ya sean paisajes rurales, industriales o urbanos, es siempre secundaria a los dos protagonistas de las fotografías de Fontana: el color y la geometría.
Las fotografías de sus paisajes no se limitan a representar la realidad, sino que crean una abstracción hecha de colores fuertes, casi exagerados y líneas claras y marcadas. En una época en la que la abstracción se buscaba casi exclusivamente a través del blanco y negro, Fontana inventó un lenguaje nuevo, elegante y único, inmediatamente apreciado en todo el mundo.
Así relata su predilección por el color en una entrevista: “El color para mí representa la vida, el pensamiento, el corazón, la alegría. No es un hecho arbitrario, el blanco y negro es arbitrario como hecho creativo. Estamos acostumbrados a ver en color. El blanco y negro ya tiene ventaja, interpreta. Mi primer testimonio fue en color. Cuarenta años de color. Pero hace cuarenta años existía el estricto blanco y negro. Elegí la fotografía en color y el color debe interpretarse. La parte en blanco y negro ya està interpretada. El color, como puede verse, debe ser reinterpretado. Es mucho más difícil pintar en color que en blanco y negro. Nunca buscas la realidad por lo que es, sino que intentas reinventarla de una manera más ideal. Los colores existen, yo los interpreto.”
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