Gabriel Cualladó
1925, Masanasa (Valencia) - 30 de mayo de 2003, Madrid (España)
"Me interesa la profundidad, la intensidad. Trato de conseguir el reflejo de la personalidad del retratado. Procuro que, a pesar de todo, mi personalidad quede lo más oculta posible."
Nacido en 1925, Gabriel Cualladó es considerado como uno de los pioneros del movimiento de renovación de la fotografía española de la segunda mitad del siglo XX. Entre los rasgos más emblemáticos de su obra está la mirada humanista y poética con la que retrata la realidad de la sociedad española de posguerra. Lejos de los grandes eventos, Cualladó se enfoca en los detalles íntimos y cercanos de la vida cotidiana, a través de fotografías de sus amigos, familiares y personas anónimas. Sus años más prolíficos son los de los años 50, 60 y 70, durante los cuales firma series fotográficas ambientadas en Madrid, París, así como Asturias.
Nacido de padres horticultores en un pequeño pueblo español, Cuallado crece en una España autoritaria endurecida por la dictadura de Franco. En 1941 se marcha a Madrid para trabajar en la empresa de su tío, marcando así el inicio de su aventura cosmopolita.
Sus primeras fotografías las hizo en 1951. En concreto, tras el nacimiento de su hijo Gabriel, compró una Capta (cámara de baquelita de manejo muy sencillo, diseñada en 1944 por el fotógrafo valenciano Julio Matutano Benedito) con la intención de tener recuerdos familiares. A partir de ese momento, se incrementó su interés por el medio fotográfico y aprendió la técnica de manera autodidacta.
En 1956 se integra en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid (RSF) y al renovador grupo de fotógrafos Afal. Juntos lanzan el Movimiento de Renovación de la Fotografía Española. En 1957 organizan la primera exposición oficial del movimiento en una de las galerías de arte de la ciudad y, unos años después, una de las imágenes de Cuallado (“La boda de Ramón Masats”) recibe el premio de la Revista norteamericana Popular Photography.
En 1961, Cuallado recibe el trofeo Luis Navarro de Fotografía de Vanguardia Barcelona. Este período marca el inicio de la difusión de la obra, no solamente del grupo, sino como también de su obra individual, fuera de su España natal. A lo largo de la década, sus obras se exhiben en importantes eventos y centros de arte en las principales ciudades europeas; desde la Bienal de Pescara en Italia, a la biblioteca de la Embajada de España en París, al Museo Fodor en Ámsterdam y a la exposición "Interpress-Photo" en la ciudad de Moscú. La foto de Cuallado “Niña de la rosa” junto con varias más entran en la colección de la Biblioteca Nacional Francesa y sus imágenes comienzan a aparecer en la edición anual del reconocido libro británico “Photography Year Book”.
En 1978, las fotografías de Cuallado se exponen en el Festival de Fotografía de Arles, En 1985 las primeras grandes exposiciones individuales en el Museo de Bellas Artes de Blibao así como en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Madrid. Unos años más tarde, sus fotos se publican en los libros de arte "The Complete Book of Photographers", así como en "Contemporary Photographers". En 1992, el IVAM organiza una gran exposición individual que marca su consagración como gran fotógrafo español de la mitad del siglo y recibe el premio ICI al mejor fotógrafo europeo otorgado por el National Museum of Photography, Film and Television. En 1994 recibe el primer Premio Nacional de Fotografía de España, y en 1998 la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid, consolidando así oficialmente su consagración.
Falleció en 2003, dejando un legado duradero, contando la historia de una Europa de posguerra tan fragmentada como conmovedora. A lo largo de la década de 2000 se realizaron diversas exposiciones para rendir homenaje a su obra.
La mirada de Cualladó no perdió nunca su frescura, el talento del amateur, capaz de ver poesía donde los demás no. Ese talento que, en palabras de Antonio Muñoz-Molina le hizo ser "un fotógrafo tan lleno de delicadeza en un país tan áspero como la España de entonces, aquellos años cincuenta".
Acabando con una frase de este gran fotógrafo:
"Hay mucho por descubrir, mucha poesía que desvelar, aun en la sencillez de una silla, de un ángulo inusual… Cualquiera con un poco de inteligencia y sensibilidad puede emocionarnos, enseñarnos a ver, sin discriminación entre lo bello y lo feo, lo importante y lo trivial."
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