Graciela Iturbide

Graciela Iturbide

16 de mayo de 1942 Ciudad de México.

“La cámara es el pretexto para conocer el mundo”


Es una de las más importantes fotógrafas de América Latina. Sus imágenes, crudas y sensibles, siempre en blanco y negro, retratan rostros que se asoman a la vida y a la muerte.

Graciela Iturbide nació en Ciudad de México y fue la mayor de trece hermanos, a pesar de lo cual ha descrito su infancia como solitaria. Sus padres, fervientes católicos, la ingresaron en un internado, donde se acompañó de la lectura. Comenzó a desarrollar una profunda vida interior.
En 1969, ya madre de tres hijos, ingresa al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Autónoma de México para convertirse en directora de cine. Sin embargo, pronto fue atraída por el arte de la fotografía practicada por Manuel Álvarez Bravo, quien estaba enseñando en la misma universidad. De 1970-71 trabajó como su asistente, acompañándolo en viajes a través de México.

A principios de los años 70, Iturbide viajó a través de Latinoamérica, en particular a Cuba y Panamá.

En 1978 Iturbide fue comisionada por el Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista de México para documentar la población indígena del país. Iturbide decidió fotografiar el pueblo Seri, un grupo de pescadores nómadas en el desierto de Sonora al noroeste de México y cercano a la frontera con Arizona.
Sus trabajos pronto se encaminaron a plasmar la realidad de los pueblos indígenas de México, especialmente en todo aquello que rodea a la mujer en sus costumbres cotidianas, dotando a sus fotografías de una atmósfera particular que le acerca al Realismo mágico.

La pérdida de su hija marca profundamente a Iturbide, volviendo a la muerte y el dolor fuentes de inspiración: transforma el duelo en imágenes dando vida su serie Los angelitos, ritual mexicano de enterrar a los niños muertos.

En 1979 fue invitada por el artista Francisco Toledo a fotografiar el pueblo de Juchitán, el cual forma parte de la cultura zapoteca en Oaxaca, en el sureste mexicano. La serie iniciada en 1979 y continuada hasta 1988 tuvo como resultado la publicación del libro Juchitán de las Mujeres en 1989.
Entre 1980 y 2000, Iturbide fue invitada a trabajar en Panamá (de donde surge su proyecto En el nombre del Padre), Cuba, Estados Unidos, Francia, Alemania Oriental, Hungría, India y Madagascar, países en los que realiza una amplia producción fotográfica. Las fotos de estos caminos podrían interpretarse como un ejercicio de introspección y reflexión sobre la soledad. Durante esta etapa las atmósferas y los paisajes prevalecen sobre la presencia de personas.

En el 2004, a cincuenta años de la muerte de Frida Kahlo, es invitada a dejar testimonio fotográfico de dos cuartos de baño de la Casa Azul de Frida, hoy museo, ubicada en el barrio de Coyoacán al sur de la Ciudad de México, donde también vivió Iturbide. El conjunto de la obra dio origen a la serie El baño de Frida, publicada en 2009. 

Ha expuesto individualmente en el Centre Pompidou (1982), el San Francisco Museum of Modern Art (1990), el Philadelphia Museum of Art (1997), el Paul Getty Museum (2007), la Fundación MAPFRE, Madrid (2009), el Photography Museum Winterthur (2009) y la Barbican Art Gallery (2012), entre otros.

Iturbide ha recibido el premio de la  W. Eugene Smith Memorial Foundation, 1987; el Grand Prize Mois de la Photo, Paris, 1988; la Guggenheim Fellowship por el proyecto ‘Fiesta y Muerte’, 1988; el Hugo Erfurth Award.

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