Kati Horna

Kati Horna

19 de mayo de 1912, Budapest (Hungría) - 19 de octubre de 2000, Ciudad de México (México)


“La cámara no es un obstáculo, es uno mismo”


Kati Horna, nació en Budapest, 1912, en el seno de una familia acomodada de origen judío. Desde joven, la madre de Kati Horna tuvo claro su legado: unos estudios que le permitieran tener una profesión y valerse por sí misma. La fotografía llamó su atención y Berlín fue su destino.

Empujada por la invasión nazi que sufría la vieja Europa, viajó a París donde conoció a Robert Capa.

Con el estallido de la guerra civil española, Kati Horna cogió su cámara Rolleiflex y viajó al país a retratar los colectivos anarquistas, principalmente de la zona del Mediterráneo. Sus fotografías servirían de propaganda a la causa anarquista más allá de las fronteras españolas.

En esa época, la fotógrafa húngara Kati Horna, coincidió en España no solo con su compañero Robert Capa si no con otras grandes foto-reporteras de la historia: Gerda Taro  y Tina Modotti.

Fotografiaba mujeres, niños y ancianos. Aquellas personas que sufrían la guerra alejadas de las trincheras, que combatían a su manera y sobrevivían a las penurias y las injusticias de una guerra que, como todas las guerras, deja al pueblo hambriento, dividido y descorazonado.

Recorre buena parte de la geografía de nuestro país documentando la guerra civil y trabaja para distintas publicaciones republicanas como Tierra y libertad, Tiempos nuevosMujeres libres y Umbral: semanario de la Nueva Era. En la esta última conoce a quien se convertiría en su marido, José Horna. Éste es detenido por los «nacionales» y Kati le ayuda a escapar a París. En la huida lleva consigo los negativos de sus fotografías que guarda celosamente hasta el año 1979 (con la democracia ya establecida en España), fecha en la que decide ponerlos a disposición del Ministerio de Cultura.

En 1939 Huye con su esposo a México, estableció amistad con el grupo de artistas surrealistas y retrató a las figuras más destacadas de los círculos del arte y la farándula. Colaboró en diversas revistas mexicanas como Nosotros, Mujeres, y Perfumes y modas. En 1962 participó en la formación de la revista S.nob, junto con Leonora Carrington, Jorge Ibargüengoitia y Alberto Gironella, bajo la dirección de Salvador Elizondo y Juan García Ponce. Para esta revista realizó series fotográficas como Fetiches, y cuentos fantásticos en secuencia fotográfica como Oda a la necrofília, Sacramentalia y Vampiro

Horna tuvo una gran labor educativa, impartió clases en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y tuvo un taller abierto en la Academia de San Carlos desde 1973; donde dio clases a fotógrafos como Flor Garduño, Elsa Chabaud, Manuel Monroy, Estanislao Ortíz y Sergio Carlos Rey, entre otros. Fue también maestra de fotografía en la Universidad Iberoamericana.

"Obrera de la fotografía, obrera del arte" es como siempre se definió. Nunca buscó hacerse famosa, por lo que no fue amante de las exposiciones. Parte de su legado fotográfico fue vendido por la propia artista al Ministerio de Cultura de España y donado al Centro Nacional de Difusión e Investigación de las Artes Plásticas de México. Su hija fue rescatando del olvido los miles de negativos que su madre realizó a los largo de su vida y cada vez son más las retrospectivas y exposiciones que se organizan para homenajearla.

Autorretrato cono su marido José Horna.

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