Man Ray (Emmanuel Radnitzky en la oficina de registro) nació en Nueva York en una familia de origen judío pero vivió la mayor parte de su carrera en París.
Siempre mostró mucha sensibilidad por el mundo del arte que abrazó en una amplia variedad de formas: escultura, pintura, cinematografía, gráfica y fotografía.
Era un personaje excéntrico, su necesidad de provocar y su afán de sacudir las conciencias de sus contemporáneos lo empujaron a gravitar hacia el mundo de la "rebelión artística" que a principio de la década de 1920 era formado por el dadaísmo y más tarde por el surrealismo del cual se fue uno de los fotógrafos más importantes.
Gradualmente la fotografía, que inicialmente era solo un medio para mostrar indirectamente sus obras escultoricas, se convirtiò en uno de sus principales intereses y una de sus fuentes de fama más importantes.
Comenzó por los retratos, en un principio muy formales, más bien en línea con las clásicas reglas de las proporciones y el buen gusto, imágenes esenciales, que ponen al sujeto en primer plano y poco más, pero nunca sin expresividad.
Luego, con el reconocimiento de su posición como artista, sus tomas se volvieron cada vez más ricas y complejas, las reglas empezaron a caer, el detalle pudo convertirse en el foco de la imagen así como en su fuente de significado.
Vio en el cuerpo humano un pozo de inspiración: formas, geometrías, detalles, una perfección propia, muchas veces ignorada pero digna de ser celebrada por una representación que pretendía exaltar y al mismo tiempo trascender el erotismo del desnudo.
Un elemento clave de sus tomas es el uso de luces. Los contrastes a menudo deslumbrantes y la escala de grises limitada son el resultado de una investigación realizada por el artista sobre el potencial de la luz.
La culminación de esta investigación será la invención de un estilo personal: la "Rayografía" surrealista.
La rayografía fue descubierta por casualidad durante sus experimentos de laboratorio en 1921: la luz es capaz de dejar una forma distorsionada de todo lo que toca de la película aún impresionable y el efecto final es una imagen con contrastes muy fuertes y formas distorsionadas.
La obra fotográfica del artista adquiere, por tanto, una connotación estrictamente experimental y antepone la forma y el concepto a la propia belleza o la representación de la realidad.
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