Michael Kenna

Michael Kenna

1954, Widnes, Reino Unido


“No estoy interesado en describir y copiar lo que veo. me interesa colaborar con el sujeto.”


Es uno de los fotógrafos de paisajes más influyentes del siglo XX.

Con una mirada sencilla, delicada y muy personal, ha hecho del paisaje en formato cuadrado en blanco y negro su seña personal, construyendo un universo propio imaginario basado en lugares reales.

nació en 1953 en Widnes, Lancashire, Inglaterra. Muy cerca de Liverpool.


Creció en el el seno de una familia católica irlandesa.

Pese a que tenía cinco hermanos pero siempre fue un niño muy solitario que disfrutaba caminando sin metas.

Aquellos infinitos paseos por aquellas zonas que años después gustaría fotografiar fueron los que encauzaron su pasión por la fotografía, mucho más que su extensa formación posterior asegura él.

A los 11 años ingresó en un seminario para formarse como sacerdote. Allí pasó los siguientes siete años, hasta su mayoría de edad y adquirió los valores y costumbres que han hecho que su fotografía sea hoy la que es: disciplina, silencio, meditación, la búsqueda del sentido de que algo puede ser invisible pero aún presente…

Lo que aprendió fue mucho más fuerte que su vocación. Decidió no seguir adelante con la carrera religiosa y se encaminó hacia el dibujo y la pintura.

Estudió en una escuela de arte (Banbury) y se especializó en fotografía.

Su primer trabajo fue como fotógrafo comercial. Y en su tiempo libre fotografiaba paisajes.

Durante los primeros diez años de su carrera trabajó con equipo de 35 milímetros.

Desde mediados de los ochenta ha trabajado principalmente con Hasselblad 120 aunque ha experimentado de vez en cuando con otros formatos y fabricantes diferentes.

Su otra cámara es una Holga de plástico de bajo costo que a menudo lleva en el bolsillo.

En 1977, con 41 años, se mudó a San Francisco en 1977.

En 1987 visitó Japón por primera vez y se enamoró del país.

Una remota isla de Japón, Hokkaido, pasaría a ser su musa.

Tras 40 años de carrera fotográfica, Michael Kenna sigue fotografiando en analógico y revelando sus propias fotos en un cuarto oscuro tradicional.

Su residencia fija está en Seatle, si bien viaja durante todo el año.

“Busco lo que es interesante para mí ahí fuera, en el mundo tridimensional, y traducir o interpretar esa escena para que se vuelva visualmente agradable en una impresión fotográfica bidimensional. Busco temas con patrones visuales, abstracciones interesantes y composiciones gráficas.

La esencia de la imagen a menudo implica la yuxtaposición de estructuras hechas por el hombre con los elementos más fluidos y orgánicos del paisaje”.


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