René Burri
9 de abril de 1933 – 20 de octubre de 2014
“Todos toman fotos, así que necesitas tener tu propia opinión.”
Fue un fotógrafo suizo, conocido por informar sobre algunos de los acontecimientos históricos y culturales más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Solo tiene 22 años cuando Magnum Photos publica su informe, trabajará continuamente con importantes revistas internacionales como Life, Look, Fortune, Epoca, Paris Match, Stern y Bunte Illustrierte.
En otoño de 1949, René Burri comenzó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Zúrich, donde dos eminentes profesores fotógrafos, Hans Finsler y Alfred Willimann, lo introdujeron en el medio. Finsler influenció fuertemente a Burri con su concepción de la fotografía, fundada en el movimiento de la Nueva Objetividad en boga en la década del veinte. La visión de Finsler era esencialmente gráfica; les enseñó a sus estudiantes cómo organizar el caos distinguiendo líneas y estableciendo relaciones visuales. Algunas de las obras más famosas de Burri sostienen claramente su sentido de rigor formal. Al mismo tiempo, no obstante, el artista se desprendió de dicha restricción, moviéndose hacia un acercamiento más espontáneo, libre y audaz, colocando al hombre en el centro de su pensamiento. El primer trabajo publicado por Burri apareció en la cubierta de la revista Die Woche en 1953. El siguiente, una historia en una escuela de niños sordomudos en Zurich, fue publicado en Life en 1955; con él logró reputación internacional y él mismo le abrió las puertas de la agencia Magnum. Cuatro años después, se transformó en uno de sus principales reporteros.
En las imágenes de Burri coexisten el periodista y el alumno de Finsler. Un virtuoso de la composición, construyó cada imagen con cuidado y cuando dudaba, se inclinó más hacia la razón que hacía la emoción.
La carrera de René Burri se asemeja a una gran aventura. Durante los últimos cincuenta años desde la crisis de Suez de 1956 hasta la Plaza de Tiananmen, ninguna guerra o crisis (o casi ninguna) escapó a su ojo fotográfico. Con su lente, supo sacar provecho de todas las contradicciones del siglo XX. Revisando sus archivos, sin embargo, uno realiza un descubrimiento sorprendente: no existe la muerte en sus imágenes, no hay cadáveres, ni siquiera heridos. René Burri conocía los peligros del oficio de reportero. Werner Bischof y Robert Capa habían sacrificado sus vidas en aras de la guerra, cuando Burri, a la edad de 23 años, partió con su primera misión peligrosa. Lo que resultaba esencial, en la concepción de Burri sobre su trabajo como una contribución al debate político. Las imágenes de guerra de Burri están más sutilmente codificadas.
La afinidad de René Burri por el mundo del arte fue revelada en numerosos retratos: fotografió escritores, actores, músicos, pintores, fotógrafos y arquitectos.
Entre sus retratos hay los de Picasso, Giacometti, Le Corbusier y el de Che Guevara fumando un habano, uno de los más emblemáticos del siglo XX.
Desde el comienzo de su carrera, René Burri concibió la fotografía como un medio personal de expresión, como una herramienta capaz de generar imágenes íntimamente relacionadas con él y de reflejar sus propios intereses.
Durante las misiones que le encargaban para documentar oficialmente la historia, simultáneamente, creó un cuerpo personal de trabajo. No fue el único en adoptar esta estrategia, pero al emplearla con mayor determinación que otros, desarrolló un género que hoy se define como fotografía de autor.
Burri fue sobre todo un reportero de gran profesionalismo, un periodista que sabía cómo entregar historias poderosas, pero siempre le fue posible volver con otra fotografía más personal en su maleta.
En 1991 fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las letras por el estado francés y en 2004 se realizó una gran retrospectiva que en 2005 también llegó a Italia.
“Nunca pensé que me convertiría en fotógrafo.”
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