Roy DeCarava

 Roy DeCarava

(9 de diciembre de 1919-27 de octubre de 2009 Nueva York (EE.UU.)


“No creo que la técnica determine la veracidad de la imagen. Es lo que la imagen le hace al espectador lo que determina si está bien o mal.”


 DeCarava recibió elogios de la crítica desde el principio por su fotografía , inicialmente enganchando e imaginando la vida de los afroamericanos y los músicos de jazz en las comunidades donde vivía y trabajaba. A lo largo de una carrera que abarcó casi seis décadas, DeCarava llegó a ser conocido como uno de los fundadores en el campo de la fotografía de bellas artes en blanco y negro, abogando por un enfoque del medio basado en el valor central de una sensibilidad creativa individual y subjetiva, que era separado y distinto del estilo de "documental social" de muchos predecesores.


DeCarava alcanzó la mayoría de edad durante el Renacimiento de Harlem, cuando la actividad artística y los logros entre los afroamericanos florecieron en las artes literarias, musicales, dramáticas y visuales. Después de graduarse de Textile High School en la ciudad de Nueva York en 1938, DeCarava comenzó a trabajar de forma independiente como artista visual.

Continuó su educación formal en Cooper Union (1938-1940), donde estudió pintura, arquitectura y escultura. DeCarava amplió esta formación inicial en el Harlem Art Center (1940-1942), así como en la Escuela de Arte George Washington Carver, donde, además de pintar, comenzó a experimentar con el grabado. DeCarava comenzó a utilizar la fotografía como un medio para registrar y como referencia para sus pinturas, pero quedó tan cautivado por el medio que comenzó a dedicarle todo su tiempo y defendió la fotografía en gelatina de plata en blanco y negro como una forma de arte propia. Usó su cámara para producir sorprendentes estudios de la vida cotidiana de los negros en Harlem, capturando las variadas texturas del vecindario y la eflorescencia creativa del Renacimiento de Harlem. 

Si algo distinguió desde sus comienzos como fotógrafo a Roy DeCarava fue su rechazo a aceptar la oscuridad como una limitación. “Lo que te enamora es lo que ves”, decía, “si introduces luz, lo cambias“. Así, gran parte de su lenguaje artístico se forjó en la noche, en las oscuras esquinas de los clubes de jazz, donde, quieto, esperaba cámara en mano ese momento de éxtasis que, intuía, tenía que llegar. En las calles de Harlem, de la misma forma y a la luz del día, retrataría la vida de sus habitantes, dando forma a una obra de callada elegancia y profunda poética y emotividad.


En busca de una expresión creativa, tan libre de constricciones como un músico de jazz, captó aquellas tonalidades visuales que expresaban el sentir de una comunidad. El jazz no solo servía como motivo al fotógrafo, también inspiraba la técnica de una obra que dignificaba y hacía visible a los afroamericana. 

“Lo que trato de decir en mi trabajo fotográfico es que creo en la vida. No puedo crear a partir de la amargura. Destruye mi creatividad.”

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