Desde el 4 de noviembre hasta el 22 de diciembre
El proyecto “Black mirror: RUSH” a través de un conjunto de imágenes e instalaciones explora cuáles son las lógicas y las dinámicas de la esfera gay, indaga ese lenguaje formado por símbolos y señas típicos de ese mundo y completamente desconocidos a quien es externo a dicho ambiente.
El lenguaje visual del artista es evocativo y al mismo tiempo muy preciso y detallista, nada es casual y todo aporta una información importante. Cada elemento de la exposición aporta una información esencial para entender la obra en su totalidad, cada detalle es representativo y clave para la narratividad del proyecto.
La conexión entre cada parte de la obra es determinante para la comprensión de la historia.
El propósito de Fernando Bayona no es el de entregarnos una guía, ni tampoco expresar una descripción estricta del mundo eterosexual, se trata más bien de la intención de expresar la idea de que los afectos se generan desde la interrelación entre cuerpos, objetos y signos.
El proyecto no tiene personajes ni protagonista, se trata de una forma de contar realidades que el teórico José Esteban Muñoz llama la desidentificación: respuestas políticas que dan los sujetos minoritarios frente a los estereotipos que las lógicas culturales heterocentradas les imponen.
Rush significa prisa, apuro; el artista se sirve de esta palabra para referirse a los efectos generados por las drogas que suelen circular en el ambiente gay. Los restos de carrocerías de coches siniestrados que encontramos en la exposición aluden a las consecuencias de esta aceleración.
Aún así la intención de Fernando Bayona no es presentar un proyecto moralista sobre lo malo del consumo de ciertas sustancias o de lo destructivo de ciertas formas de vida, sino abrir un debate sobre cuáles son las condiciones de posibilidad y emergencia de dichos problemas.
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