Carla Cerati

 Carla Cerati

3 de marzo de 1926, Bérgamo - 19 de febrero de 2016, Milán (Italia)

- "¿Qué sientes cuando eres capaz de tomar una fotografía tal y como pensabas?"

-"¡Loca felicidad!"


Carla Cerati fue una fotógrafa y escritora italiana.

Hacia el final de la guerra, con la intención de convertirse en escultora, Cerati prepara el examen de admisión a la Academia de Brera, aprobándolo con éxito. Sin embargo, las expectativas familiares de la época la llevaron a elegir el camino del matrimonio y en 1947, a la edad de 21 años, Cerati se casó, abandonando la carrera artística. En los años siguientes, Cerati ayudó económicamente a su esposo trabajando como costurera, primero en Legnano, un pueblo cerca de Milán, donde la pareja se mudó en 1952.


Hacia fines de la década de 1950, habiendo dejado ya de trabajar como costurera, Cerati descubre la fotografía, un medio que comienza a explorar en familia, retratando a sus hijos y su círculo de amistades. Reconociendo su talento, su padre le vende una de sus cámaras profesionales -una Rollei- que Cerati pagará a plazos y con la que realizará sus primeras fotografías. 


Comenzó su profesión en 1960 como fotógrafa de escena, luego se dedicó al reportaje y al retrato. 


En 1962 publicó su primer trabajo como fotógrafo profesional, un informe sobre las escuelas milanesas, en las páginas del semanario L'illustrazione italiana

A principios de los años sesenta, también frecuentó el Círculo fotográfico de Milán, un importante punto de referencia de la Asociación fotográfica italiana (fundada en 1930). En los años siguientes publicó algunas de sus fotografías en publicaciones periódicas italianas como Vie nuove y L'espresso. 


En el teatro fotografió la comedia Nada per amore de Oreste Del Buono y los espectáculos de la Compagnia dei Quattro de Franco Enríquez. Entre 1967 y 1968, toma el Teatro Vivo de Julian Beck y Judith Malina, en particular, Antígona, Frankenstein y Paradise Now, este último con motivo del estreno internacional en el Festival d''avignon.

En 1969 la editorial Einaudi publicó el fotolibro Morire Di classe. La condición de asilo fotografiada por Carla Cerati y Gianni Berengo Gardin comisariada por Franco Basaglia y Franca Basaglia Ongaro, donde aparecen fotografías tomadas en los hospitales psiquiátricos italianos de Gorizia, Florencia, Parma y Ferrara. Gracias a este proyecto, que jugará un papel importante en la aprobación de la Ley 180 (también llamada ley Basaglia) a favor del cierre de asilos, los dos fotógrafos ganarán el premio Palazzi para el informe. En 1998 el volumen se volverá a publicar con la finalidad de no olvidar las terribles condiciones de los detenidos.

Entre los años sesenta y setenta, retrata a muchos personajes en el mundo de la cultura italiana e internacional y realiza reportajes de algunos de los eventos políticos y sociales más importantes.

“Era el '68. En el 69, con las bombas de Piazza Fontana, nos golpea una realidad política abrumadora. De ahí que mi investigación tomara una dirección muy específica: la estrategia de tensión, los procesos políticos, las revueltas obreras. Todos hechos que podrían negarse con palabras, no con imágenes”.

La amistad con el director de cine Jacinto Esteva Grewe, conocido en el Festival de Cine de Venecia de 1968, empuja a Cerati a aventurarse en la España franquista para fotografiar los rostros de intelectuales de izquierda que, desafiando a la dictadura, optaron por seguir trabajando y viviendo en España. Durante numerosos viajes entre 1969 y 1975, Cerati se infiltra en la red de resistencia intelectual para retratar a más de cien figuras culturales, entre ellas Joan Miró, Ricardo Bofill, Antonio Gades, Blas de Otero, Juan Antonio Bardem, por nombrar solo algunos.

En 1974 publicó, junto con la editorial Pizzi, el pequeño fotolibro Mondo Cocktail, con una nota introductoria de Maria Livia Serini: un catálogo de 61 fotografías que muestran la realidad burguesa de los cócteles milaneses. En 1978, sin embargo, Mazzotta lanzó el fotolibro forma di donna, con 34 fotografías de desnudos femeninos, el resultado de una larga investigación iniciada en años anteriores. 

Hacia fines de la década de 1980, Cerati abandonó gradualmente su profesión de fotoperiodista, desilusionada por los mecanismos oportunistas que ahora dominan el sector. Sin embargo, continúa fotografiando en una serie de proyectos que apuntan a la abstracción y la composición. En 1982 Cerati se inspiró en la arquitectura, transformando las formas geométricas de la Muralla Roja de Ricardo Bofill en abstracción con sus fotografías. La serie Traces, desarrollada en 1986, explora en cambio las formas involuntarias dejadas en el hormigón y la arena. Con la bailarina Valeria Magli, Cerati creó la serie Capricci. También en colaboración con Magli, en 1996 la fotógrafa creó una serie de desnudos en movimiento en color recogidos en la serie Forma Movimento Colore.

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